Cabify la nueva aplicación de transporte privado ha llegado a Barcelona. Con tan solo unas pocas semanas de funcionamiento esta APP, esta infringiendo todo tipo de normas y derechos.
La semana pasada un compañero, se personó en las oficinas de Cabify, tal como le habían indicado en la Logistics Managers Barcelona.
Lo primero que le dijeron al compañero es que tenía que firmar un documento de compromiso de confidencialidad. El compañero se presento aportando sus datos personales, con la intención de comprar una licencia VTC (vehiculos de alquiler con conductor) con precios de 58 000 euros, tal como ofrecen en la engañosa publicidad de su web.
En la breve explicación de su funcionamiento, al compañero le hicieron ver la falta de escrúpulos a la hora de reclutar (arruinar) colaboradores, y de las diversas (ilegalidades).
La primera y más escandalosa irregularidad es que te ofrecen que les compres una licencia VTC, que en la publicidad de captación mencionan como unitaria, pero asociándote a otros seis socios incautos, a los que no conoces, en una SL o en una Cooperativa, para burlar la ley que contempla que para iniciarse en la actividad se han de disponer 7 licencias VTC, así como su espíritu, que trata de evitar la atomización de este sector.
Con esta maniobra, además consiguen crear la figura de 7 falsos autónomos, disfrazados de empresarios, para evitar hacer las cosas bien, que seria mantener esas licencias a su nombre y contratar a los empleados que correspondan, asegurados an la seguridad social con todos los derechos laborales y sociales que correspondería, pero claro, así no podrían explotarlos, y reducirles sus derechos laborales a la mas pura esclavitud, ya que tendrán que poner el coche las 24 horas, los 7 días a la semana para tratar de llevar algo de dinero a casa. Cualquier inspector de trabajo, haciéndose pasar por interesado, tendría argumentos para poderlos empapelar.
Como pretenden que cada coche trabaje 24 h 7 días a la semana, te dicen que lo recomendable es contratar a 2,3 choferes por licencia VTC, por tanto has de contratar, en nombre de su explotación, y que cada propietario, socio accionista con otros seis incautos, ha de hacer de corre turnos, de esa forma, y llegado el caso, podrían demostrar que la suya es una relación mercantil, debido a que esa sociedad contrata sus propios trabajadores, en lugar de laboral, como realmente es. Además, con una clausula especifica a firmar en un hipotético contrato, el incauto colaborador, “solo” se compromete a trabajar en exclusiva para ellos sesenta horas semanales, como agradecimiento de haber sido el agraciado afortunado de comprarles una licencia VTC. O sea que has de contratar trabajadores en su nombre, desde una sociedad, compartida por otros seis socios al borde de la ruina, que a su vez también tendrán que ser asumidos solidariamente, por el resto de los socios.
En esas condiciones y para tranquilidad del “incauto socio colaborador”, Cabiy se compromete durante los primeros cuatro meses una facturación mínima de 7000 e/mes que según ese ratio de 2,3 conductores las 24h sale una facturación/hora de 9.72e/h o de 233,28e/día cubriendo las 24h…
Lo que da una idea de lo ruinoso que es el negocio del colaborador, y de los pingües beneficios que obtendrá la compañía, es ver las tarifas publicas que publicitan en su web, donde se ve que no son mas baratas que los taxis, y que sin hacer apenas mas que comercializar el servicio, obtienen un altísimo porcentaje, mientras que el incauto, ha de pagar la amortización de una altísima inversión en material, licencia VTC, costes laborales, combustible, reparaciones y costes varios de explotación, que difícilmente cubrirá con las migajas que la usura de esta compañía le de por servicio realizado.
Ellos aseguran que la venta de la licencia VTC te la realizan como un favor, y que no se ganan nada, pero la realidad es que te cobran 58.000 € por ella, aunque te pueden facilitar la financiación con una entidad bancaria con la que por lo visto han alcanzado acuerdos.
Este precio, se ve que es porque tienen comprados grandes paquetes de estas licencias VTC, aunque se les están acabando, y claro, los próximos paquetes de licencias que compren es probable que sean mas caras debido a que prevén que UBER entre en Barcelona utilizando el mismo sistema que ellos. Aunque esto podría ser una simple argucia comercial de presión.
Otra de las irregularidades es claramente la operativa, funciona a través de una sencilla APP para el móvil o tablet, desde donde otorgan los servicios al vehículo que, ATENCIÓN, este mas cerca del lugar de recogida del pasajero que solicita el servicio, situando los vehículos en las zonas que ellos llaman calientes, teniendo instrucciones de actuación para cuando los agentes de trafico, o incluso taxistas les increpen o les inspecciones por estar esperando en la calle.
O sea circulan libremente esperando que les entren servicios, cuando la ROTT (Reglamento de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres) especifica claramente en el apartado 1 del articulo 182, que los vehículos adscritos a las autorizaciones de arrendamiento de vehículos con conductor no podrán, en ningún caso, circular por las vías públicas en busca de clientes ni propiciar la captación de viajeros que no hubiesen contratado previamente el servicio permaneciendo estacionados a tal efecto,
En resumen
Lo que ofrecen es una relación laboral disfrazada de relación empresarial, endosando los costosos gastos de explotación, así como las responsabilidades laborales y derivadas de la explotación, quedándose con lo bueno, unos onerosos beneficios, mientras el colaborador tendrá a buen seguro pérdidas, a causa del dumping y de la relación de usura a la que se verá sometido.
La compañía se lavará las manos cuando sufran sanciones a causa de las infracciones e ilegalidades de servicio y de su normativa, que cometen y tendrán que asumir las consecuencias mientras la compañía se llevara el beneficio de lo que han producido, sin piedad.
Infringen leyes laborales, infringen la ROTT (Reglamento de la Ley de ordenación del transporte terrestre), leyes empresariales, publicidad engañosa, de competencia, burlan el espíritu de las leyes, mediante argucias legales, como la de vender licencias VTC unitariamente, convirtiendo al incauto, en falso empresario.
Es capitalismo salvaje, dispuesto a saltarse todas las leyes, derechos, reglamentos y normas éticas, habidas y por haber, lo llaman economía colaborativa, pero se debería llamar colaboración de muchos para enriquecer a cuatro listos.
SALUT Y BUEN VIAJE