Poder, Gobierno, Estado y Sociedad

COLUMNISTAS | JOSÉ LUIS VELASCO

El año de 2015 está plagado de citas
electorales en España: elecciones andaluzas el 22 de marzo, elecciones
municipales y autonómicas el 24 de mayo, elecciones catalanas el 27 de
septiembre y elecciones generales a partir del 20 de noviembre. Elecciones
políticas para conquistar el Poder y nombrar los Gobiernos del Estado, para
gobernar a la Sociedad.

Una gran maquinaria burocrática y
política se pone en marcha para convencer a la Sociedad de las bondades de un
sistema político, basado en la creencia de que solo existe una única forma de
organización política que es el Estado y el gobierno de los pueblos. Ideas
dogmáticas y doctrinarias basadas en la creencia y en la fe de que solo se
pueden organizar las sociedades bajo formas de gobiernos de los estados. Sin
embargo, la realidad actual e histórica desmiente continuamente: el estado, el
poder y el gobierno, desde sus orígenes y de forma continuada, siempre actuaron
en contra de la sociedad, con políticas económicas y sociales injustas, que
solo beneficiaron a una clase política y burocrática detentadora del poder. De
igual forma, la realidad histórica de España, muestra como en 1936 gran parte
de la sociedad trabajadora de España se autoorganizo sin estado bajo formas de colectividades
libertarias, con el federalismo económico y social del comunismo libertario.

El Estado siempre vivió parasitando a la
sociedad, explotando, reprimiendo, robando, imponiendo, gobernando a los
pueblos en provecho propio de una clase social parasitaria política, banquera, empresarial,
militar, religiosa, sindical y burocrática.

Ni un solo avance social ni económico ni
político ni cultural se ha producido desde el gobierno, sino todo lo contrario,
desde el gobierno todo han sido recortes y represiones, injusticias. La
realidad actual e histórica así lo dice, solo se han conseguido derechos desde
la iniciativa e impulso de las sociedades: desde la acción social directa
solidaria autoorganizada del Pueblo. Y en esto radica el éxito y el progreso de
las sociedades: en su propia autoorganizacion, en su capacidad política
autogestionaria para elaborar su propia Ideología y Cultura de la libertad e
igualdad real, de la grandeza social de la ética de la ayuda mutua, de la
solidaridad, que constituye el primordial factor de evolución y progreso de la
humanidad.

Si el conocimiento y la ciencia de la
historia social y económica de las sociedades constituyeran un ejemplo, este
sería el de la urgente necesidad de separar el Estado de la Sociedad, hasta que
de una forma definitiva las sociedades se organizaran libremente sin estado. El Estado a lo largo de la historia y en la actualidad es la ruina y la injusticia
de las sociedades.

Y de igual forma que se ha ido haciendo
históricamente la separación Iglesia Estado, y que la religión va dejando de
ser la ideología de las sociedades y se la ve como lo que es: una gran mentira ideológica
para gobernar a los pueblos, y que éstos no necesitan a la religión para nada,
sino todo lo contrario, que parte de los grandes males, crímenes e injusticias
sociales provienen de la religión.

De igual forma, se ha de caminar en la
separación del Estado de la Sociedad, para hacer que las sociedades se puedan
autoorganizar sin estados, de forma federal, con acuerdos libres entre partes
libres e iguales en un marco de libertad e igualdad real, en beneficio por
igual de todos, sin clases sociales en identidad de intereses.

Todos los avances sociales, políticos,
económicos, culturales y éticos tienen su origen en la sociedad, a pesar de esa
carga parasitaria y represora que es el estado y su cuerpo intelectual
ignorante y depravado. Grandes movimientos políticos sociales surgidos de la
sociedad, se desviaron de su ruta cuando se transformaron en maquinarias de
conquista del poder, y reprodujeron aquellas situaciones que quisieron
combatir.

La coherencia de medios y fines, y de
que el fin no justifica los medios, ha sido la gran verdad de la historia de
las formaciones políticas y sindicales, y de los objetivos alcanzados por cada
una de ellas. Las ideologías sociales del siglo XIX y su posterior evolución y
realidades políticas y económicas, sobre todo la marxista y la anarquista, son
prueba de esta afirmación de la coherencia de medios y fines: el marxismo
reproduciendo todo lo que quería destruir, y el anarquismo continuando con su
coherencia de medios y fines y con su afán de autoorganizacion social,
económica y política: sin Estado.

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