El pacto del Euro: Neoliberalismo de urgencia

En el presente texto pretendemos aportar una breve explicación de las medidas y programas que desde la Unión Europea se han puesto en marcha recientemente con la excusa de combatir la actual crisis económica y social. Se trata de desmenuzar esos planes de actuación, de traducirlos a nuestro lenguaje y de hacer una valoración de los mismos.

Con el pretexto de la crisis actual se vuelven a defender desde los centros del poder político europeo y desde los púlpitos de creación de opinión, las reformas, las políticas económicas y los argumentos aplicados en los últimos decenios. Reformas del mercado laboral, recortes en los sistemas de pensiones, reducción de los gastos sociales, privatización de empresas y, en general, una regulación de las economías que favorece a las capas más ricas de la sociedad y a los países más ricos. En fin,
esa cantinela que tanto hemos escuchado en los últimos treinta años.

Las verdaderas causas y dimensiones de las crisis se ignoran por cuanto que de tenerlas en cuenta nos conducirían a un radical replanteamiento de la economía convencional y de la sociedad misma. El capitalismo no sólo nos ha conducido a esta crisis económica, sino que estamos también ante una crisis ecológica y social de dimensiones colosales.

Las propias ideas de producción, consumo, y crecimiento económico de la teoría económica convencional nos han traído esta verdadera crisis del sistema. Pero se prefiere hacer ver que la actual crisis no va más allá de los desequilibrios generados por unos cuantos especuladores más avariciosos de lo normal y de unos cuantos fallos en los mecanismos de supervisión y regulación. Y, claro está, todo adobado con la idea culpabilizadora de que las poblaciones han vivido por encima de sus posibilidades y ahora les toca pagar los excesos.

Veremos de qué medidas estamos hablando, qué objetivos persiguen y qué reformas concretas han producido y van a producir. Nos ajustaremos a los propios textos emitidos por el Consejo Europeo, el Banco Central Europeo y el Banco de España. Finalmente aportamos una valoración crítica.

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